sábado, 6 de julio de 2019

[3] [Novis insulis]. Sebastián Munster. 1550




[Novis insulis] / Sebastián Munster. Sin escala. Editor Henrichum Petri, Basilea, 1550, 1ª edición.
1 mapa : grabado en madera ; 10,5 x 16 cm en hoja de 31 x 20 cm

Comprende varias islas sin especificar nombres. Es posible que se trate de las islas Canarias, sin descartar que sean una islas que pertenezcan al Nuevo Mundo. En todo caso se trata de una idealización. La imagen se encuentra en el Liber V (p. 1099) «DE NOVIS INSULIS, quomodo, quando & per quem illae inventae sint» (pp. 1099-1112), que forma parte de la Cosmographiae universalis de Sebastián Müster. El texto en latín de la página que cita las islas Canarias dice así: «Soluit ab Hispanis littoribus & diu optatum iter est aggressus. Soluens ergo à Gadibus divertit versus insulas Fortunatas, quas nunc Canarias appellant, ob id quod canibus abundent, Fortunatae vero olim dictae fuerunt ob aeris miram temperiem coelique clementiam. Incoluerunt eas ferinae gentes quibus nulla erat religio, nullaque verecundia, utpote qui toti nudi incedunt. Hinc autem Columbus soluens navigavit versus occidentem, tandem que invenit aliquot insulas, quarum duae erant vastissimae, eisque nomina indidit, alteram Hispanam, lohannam lateram nuncupans» [Abandonaron las costas de España & el camino era largo. Se alejaron luego de Cádiz hacia las Islas Afortunadas, que ahora se llaman Canarias, debido a la abundancia de perros, en otro tiempo se llamaron Afortunadas, por la temperatura del aire maravillosa y la clemencia del tiempo. Sus pobladores no tenían religión, ni vergüenza, ya que todos iban desnudos. Colón navegó hacia el oeste, y finalmente encontró algunas islas, de las cuales dos eran enormes, les dio nombres, designándolas una La Española, la otra Juana].
La Cosmographiae fue editada en 1544 en alemán. La primera edición, en latín, donde figura el Liber V es de 1550. Fue muy popular, hasta tal punto que se hicieron cuarenta y seis ediciones en seis idiomas entre 1544 y 1650.
Sebastián Münster (1489-1552), lingüista, matemático y geógrafo, fue profesor de hebreo en la Universidad de Basilea. La redacción de ese tratado le ocupó quince años y contó con la colaboración de más de ciento veinte personas, quienes le proporcionaron información actualizada de las ciudades y de los lugares descritos, ilustró la obra con planos y vistas de ciudades grabados en madera, algunos a doble página.  
Referencias: Broekema, 107; Espasa, t-37, p.392.
Imagen: El libro puede consultarse en la web Archive.org;  




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