[Novis insulis] / Sebastián Munster.
Sin escala. Editor Henrichum Petri, Basilea, 1550, 1ª edición.
1 mapa : grabado en madera ; 10,5 x 16 cm en hoja de
31 x 20 cm
Comprende varias islas sin especificar nombres. Es
posible que se trate de las islas Canarias, sin descartar que sean una islas
que pertenezcan al Nuevo Mundo. En todo caso se trata de una idealización. La imagen
se encuentra en el Liber V (p. 1099) «DE NOVIS INSULIS, quomodo, quando &
per quem illae inventae sint» (pp. 1099-1112), que forma parte
de la Cosmographiae
universalis de Sebastián Müster. El texto en latín de la página que cita
las islas Canarias dice así: «Soluit ab Hispanis littoribus & diu
optatum iter est aggressus. Soluens ergo à Gadibus divertit versus insulas
Fortunatas, quas nunc Canarias appellant, ob id quod canibus abundent,
Fortunatae vero olim dictae fuerunt ob aeris miram temperiem coelique
clementiam. Incoluerunt eas ferinae gentes quibus nulla erat religio, nullaque
verecundia, utpote qui toti nudi incedunt. Hinc autem Columbus soluens
navigavit versus occidentem, tandem que invenit aliquot insulas, quarum duae
erant vastissimae, eisque nomina indidit, alteram Hispanam, lohannam lateram
nuncupans» [Abandonaron las costas de España & el camino era largo. Se alejaron luego de Cádiz hacia las Islas Afortunadas, que
ahora se llaman Canarias, debido a la abundancia de perros, en otro tiempo se
llamaron Afortunadas, por la temperatura del aire maravillosa y la clemencia
del tiempo. Sus pobladores no tenían religión, ni vergüenza, ya que todos iban
desnudos. Colón navegó hacia el oeste, y finalmente encontró algunas islas, de
las cuales dos eran enormes, les dio nombres, designándolas una La Española, la
otra Juana].
La Cosmographiae fue editada en 1544 en alemán. La primera edición, en
latín, donde figura el Liber V es de 1550. Fue muy popular, hasta tal punto que
se hicieron cuarenta y seis ediciones en seis idiomas entre 1544 y 1650.
Sebastián Münster (1489-1552), lingüista, matemático y geógrafo, fue profesor de hebreo en
la Universidad de Basilea. La redacción de ese tratado le ocupó quince años y
contó con la colaboración de más de ciento veinte personas, quienes le
proporcionaron información actualizada de las ciudades y de los lugares
descritos, ilustró la obra con planos y vistas de ciudades grabados en madera, algunos a doble página.
Referencias:
Broekema, 107; Espasa, t-37, p.392.
Imagen:
El libro puede consultarse en la web Archive.org;
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